
Ciudad de México, 4 Dic-25 (Agencia/VRed).- La extorsión se ha convertido en uno de los principales enemigos del pequeño comercio en México. No solo limita su crecimiento, sino que pone en riesgo su supervivencia. Hoy, una parte importante de sus ingresos no se destina a reponer mercancía o mejorar el negocio, sino a pagarle a la delincuencia.
El 25% de las ganancias de las tienditas se va en el pago de extorsiones, destaca Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
De acuerdo con un estudio realizado por la Anpec, los principales delitos que viven los pequeños negocios son: robo hormiga (30.53%), asalto armado (8.36%), extorsión (13%) y cobro de piso (3.54%).
Aunque el robo hormiga es el más frecuente, el delito que tiene mayor impacto en las tienditas es la extorsión, puesto que se le suele pedir al negocio un mínimo de 500 pesos semanales, lo que se convierte en 2,000 pesos al mes.
La encuesta también reveló que cuatro de cada 10 negocios afirman pagar algún tipo de extorsión a la delincuencia.
Cuauhtémoc puntualiza en que una tiendita le gana en promedio 25% a los artículos que vende y al mes genera una ganancia de 7,000 a 8,000 pesos. “Se escucha poquito, pero con eso complementan gastos”.
Tomando esto en consideración, si se pagan 2,000 pesos en extorsión “se pierde 25% de utilidad real de los negocios, los cuales están operando con márgenes muy bajos, es decir, el pequeño comercio vive en una doble vulnerabilidad: económica y de seguridad”, puntualiza Cuauhtémoc Rivera.
Precisa que los delincuentes llegan “con total descaro” a solicitar el cobro y los comerciantes se ven obligados a darles el dinero y no denuncian por miedo a las amenazas, pues conocen donde van sus hijos a la escuela y cada movimiento de la familia.
Sobornos y robo hormiga
Sin embargo, el pago de piso no es la única extorsión que viven las pequeñas tienditas, también las generadas por inspectores.
“La otra cara de la extorsión son los inspectores”, a los que el tendero se ve obligado a pagarles entre 500 y 1,000 pesos cuando llegan al negocio y señalan detectar irregularidades, no pagar este monto evitaría que el negocio siguiera operando.
Cuauhtémoc Rivera puntualiza que en el cierre de año es cuando más delitos se cometen, puesto que incrementan los robos en punto de venta, desde el robo hormiga hasta con punzocortante o pistola.
Detalla que el robo hormiga significa una pérdida del 10% para el pequeño comerciante y aumenta 4% el cobro de piso.
La delincuencia organizada, los robos cotidianos y las extorsiones institucionales ponen a las tienditas en crisis, con márgenes reducidos, presión constante y miedo permanente.




