
Ciudad de México, 24 Oct-25 (Agencia/VRed).- Misty Copeland, conocida por romper barreras raciales y de clase al ser la primera bailarina principal afroestadunidense del American Ballet Theatre (ABT), se despidió el miércoles de esa agrupación en el Lincoln Center de Manhattan, en una gala repleta de estrellas.
Copeland ha sido una figura icónica en el mundo de la danza. Su trayectoria se define por su extraordinario talento, perseverancia y la forma en que desafió los cánones de belleza establecidos.
La ceremonia fue un homenaje a la carrera de Copeland, quien ha interpretado papeles protagónicos en ballets clásicos como El lago de los cisnes, Don Quijote y Romeo y Julieta. Su técnica impecable, su fuerza y su profundidad emocional han cautivado a audiencias de todo el mundo.
La noche del miércoles, Copeland dio una última vuelta con sus zapatillas de punta, bañada en purpurina dorada y ramos de flores al retirarse del American Ballet Theatre tras una carrera en la que se convirtió en embajadora de la diversidad en una forma de arte predominantemente blanca.
La presentadora Oprah Winfrey y la actriz Debbie Allen pronunciaron discursos en la ceremonia de despedida. “Misty no sólo bailaba ballet”, indicó Winfrey sobre la bailarina que ha alcanzado una fama única.
“Ella cambió todo. Redefinió quién pertenece, quién puede ser visto y quién puede liderar”, agregó la también actriz.
La gala fue al mismo tiempo un regreso y una despedida para Copeland, de 43 años, porque después de cinco años volvió a bailar con la compañía, pues había estado criando a su hijo, Jackson. El niño, de 3 años, subió al escenario para abrazar a su madre durante la despedida.
Copeland continúa su carrera de escritora; en septiembre pasado publicó el segundo volumen de su serie Bunheads; además, con su fundación homónima fomenta la diversidad en el mundo de la danza, incluyendo Be Bold, programa extraescolar diseñado para niños negros.
La carrera de la bailarina estadunidense ha inspirado a miles de niñas y jóvenes a perseguir sus sueños en el ballet y en las artes. Su impacto en la industria es indeleble, y su influencia se sentirá durante generaciones.
Después de superar una infancia difícil en circunstancias económicas precarias y una lesión que casi arruina su carrera, Copeland se unió al ABT en 2000; al siguiente año se incorporó al cuerpo de ballet convirtiéndose en una de las pocas bailarinas negras en compañías de ballet de ese momento.
En 2007, Misty Copeland ascendió a solista de la agrupación y en ese tiempo comenzó a recibir reconocimiento nacional por sus interpretaciones en obras como El pájaro de fuego y El lago de los cisnes.
Fue en 2015 cuando Copeland se convirtió en la primera mujer afroestadunidense en ascender a bailarina principal en los 75 años de historia del ABT.
Ese mismo año apareció en la lista de las 100 personas más influyentes de la revista Time, lo que consolidó su estatus de líder cultural.




