(Agencia / 3 Sept-20).- Equipo de científicos franceses dio un paso para solucionar este añejo acertijo tras el anuncio en una publicación en la revista Science de que logró identificar las rocas espaciales que pudieron traer el agua a la Tierra.
La cosmoquímica Laurette Piani, quien lideró la investigación, señaló que, al contrario de teorías prevalecientes, el agua del planeta podría haber estado contenida en sus bloques esenciales.
Según los primeros modelos que explican la formación del sistema solar, los grandes discos de gas y polvo que se arremolinaban alrededor del Sol y terminaron formando los planetas interiores estaban demasiado calientes como para formar hielo.
Esto podría explicar las condiciones de esterilidad de Mercurio, Venus y Marte, pero no del planeta azul, con sus vastos océanos, una atmósfera húmeda y su geología bien hidratada.
La idea más frecuente es que el agua apareció en una etapa posterior, traída por un objeto extraterrestre, y los principales sospechosos son los meteoritos que poseen el líquido en abundancia, conocidos como condritas carbonáceas.
El problema, sin embargo, era que su composición química no coincide plenamente con la de las rocas de la Tierra.
Además, esas condritas se formaron en las afueras del sistema solar, lo que baja su probabilidad de haber golpeado al planeta cuando era joven.
Bloques fundamentales
Otro tipo de meteoritos, llamado condritas de enstatita, posee una composición química mucho más cercana, lo que indica que constituyen los bloques fundamentales que formaron la Tierra y los otros planetas interiores.
De estas rocas, que se formaron cerca del Sol, se asumía que eran demasiado secas para justificar las enormes reservas de agua del planeta.
Para probar si esa presunción era cierta, Piani y sus colegas de la Universidad de Lorraine utilizaron una técnica de medición llamada espectrometría de masas para cuantificar el contenido de hidrógeno en 13 condritas de enstatita.
Hallaron que las rocas contenían suficiente hidrógeno como para proveer a la Tierra con al menos tres veces la masa de agua de sus océanos.
También midieron los dos tipos de hidrógeno, conocidos como isótopos, porque la proporción relativa de éstos es muy diferente entre distintos cuerpos del sistema solar.
Encontramos que la composición de hidrógeno isotópico de las condritas de enstatita es similar a la del agua almacenada en el manto terrestre, destacó Piani, quien comparó el hallazgo a una coincidencia en el ADN.
La investigación no excluye que más agua haya llegado luego de otras fuentes, como cometas, pero indica que las condritas de enstatita realizaron un aporte significativo a la cantidad del líquido de la Tierra en su etapa de formación.
El hallazgo aporta un elemento crucial a este rompecabezas, escribió Anne Peslier, científica de la NASA, en una editorial que acompaña la publicación.