LAS MUJERES de México, tuvieron relevante participación en las elecciones del pasado primero de julio del año dos mil dieciocho. Su voto, se dice, pudiera considerarse como decisivo, junto a los jóvenes, en el triunfo electoral del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, así como en el Estado de Veracruz, con Cuitláhuac García Jiménez.
Sin embargo, para los dos gobernantes, uno a nivel nacional y otro en el ámbito estatal, las mujeres no tienen la importancia que merecen, pues así se ha visto en la actualidad cuando se trata de atenderlas directamente y de manifestar su apoyo en las demandas que presentan y en las necesidades que tienen como ciudadanas de este país.
Se han olvidado, prácticamente, que del padrón electoral, que actualmente se compone de más de noventa y dos millones de personas inscritas, son las mujeres las que ocupan un mayor porcentaje, por lo que seguirán siendo quienes determinen en el futuro el destino de los procesos electorales, ahora más que nunca, porque durante los últimos meses se han venido unificando más y se han vuelto mucho más activas, lo que significa que volverán, en las elecciones venideras, a encabezar el mayor número de votos.
De esta manera no se les puede seguir viendo con la indiferencia de siempre, sino al contrario, se les tiene que incluir en todos los órdenes de la vida pública de México y de Veracruz, aún cuando no se trate de una verdadera equidad de género, sino de su avance en las tareas públicas y en la participación de la vida política nacional y estatal.
En este sentido, los actuales gobernantes del país y del Estado, les han fallado y es por eso que se han organizado para que el próximo nueve de marzo, manifiesten su inconformidad con la falta de atención a los graves problemas que padece México y el Estado de Veracruz, porque aquí, téngalo por seguro, las mujeres también saldrán a la calle a protestar por las condiciones de violencia que imperan en todo el territorio estatal, y donde, lamentablemente, el gobierno no ha querido enfrentar este reto, aún cuando es su obligación y su compromiso, no tan solo con las mujeres que votaron por ellos, sino por todos los ciudadanos de esta entidad que han esperado una reacción positiva ante este terrible fenómeno social que sacude todos los días a la sociedad.
Esta vez, son las mujeres al ataque, pidiendo intervención de las autoridades para solucionar el problema de la violencia, que si no lo hacen, ya estarán en condiciones de pasar la debida factura en las próximas elecciones, pues como ya lo comentamos, conforme pasa el tiempo, las mujeres se vuelven más participativas y decididas a generar el cambio que se necesita en México, y en Veracruz.
Este sería el momento, ante las nuevas circunstancias políticas del país y del Estado, en que los dos gobernantes, nacional y estatal, ya estuvieran prestos a construir una nueva estrategia de atención a las mujeres y a sus problemas, a buscar las mejores condiciones para escucharlas y juntos comenzar a definir el mejor destino de esta nación y de esta entidad, pues si con esta presión no hacen nada y se quedan, como hasta ahora se han quedado, solamente en la expectación, seguramente que pronto veremos resultados evidentes de una plena inconformidad general, de un descontento ciudadano y un desencanto político de grandes dimensiones que provocarán que el país tome otro rumbo, donde los ciudadanos, tanto hombres como mujeres, busquen recomponer el estado de cosas que han estado sucediendo, porque eso sí, tanto las mujeres como los hombres, no dejarán que este País y este Estado, se les deshagan en sus manos.
Las mujeres, con su voto, decidirán el rumbo político de México y de Veracruz, en las próximas elecciones, porque si bien en el dos mil dieciocho, manifestaron seriamente su participación, ahora más que nunca harán uso del instrumento que tienen a su alcance, como es el voto popular, para poner el orden que se requiere en todos los niveles del gobierno.
Ya lo hemos mencionado, las mujeres son las que ocupan en la actualidad el mayor número de ciudadanos registrados en el padrón electoral de México, y si bien no todas han participado, con los nuevos alcances que han tenido en la vida pública, como en la actividad profesional y hasta en los hogares, donde ya no existe limitación alguna, demostrarán una vez más que son ellas, prácticamente, las que llevan la batuta.
Esto, quizá, no lo han entendido los actuales gobernantes, pues tanto el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, como el mismo Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, soslayan la importancia del próximo movimiento nacional de las mujeres y rechazan que esta protesta pueda, de verdad, cimbrar al país y al Estado.
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YA ES TIEMPO.
ALGO, DE VERDAD, debe estarse contemplando en la vida política y administrativa del Estado, para los próximos meses, luego de que muchos asuntos que están pendientes, ni siquiera se han intentado resolver.
Ahí está, por ejemplo, la ratificación, en su puesto, de la Fiscal general, Verónica Hernández Giadans, quien ha llevado la nave de tan delicada misión en una más o menos buena actuación, pero que no se ha definido cuál será el camino a seguir, aún cuando los temas que tiene en sus manos, requieren, desde luego, de una seguridad total en el mando y la responsabilidad.
En el mismo Congreso local, este es un pendiente, que necesariamente, requiere de una instrucción de más arriba, para concretar este nombramiento que se hizo de manera improvisada, luego de los serios problemas que el gobierno del Estado, tuvo con el anterior titular de esta dependencia Jorge Winckler. Por un lado la desidia oficial y por otro, quizá, el mas importante de este caso, es el desconocimiento del procedimiento, pues se tiene entendido que no está plenamente definida la separación del Fiscal anterior, tomando en cuenta las disposiciones que se tienen que atender ante la ausencia de un funcionario que fue designado por nueve años y que todavía, hasta este momento, no ha concluido, oficialmente, su periodo y su responsabilidad.
Sin embargo, la instancia gubernamental, con acuerdo del Congreso local, tendrán que definir esta situación para la debida actuación de quien ahora se encuentra al frente de este desafío, es decir, de cumplir con la tarea que tiene encomendada y que resulta ser bastante delicada.
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Y QUE DICE EL COMISIONADO DEL IPAX.
QUIZA, UNO DE LOS más discretos funcionarios públicos que se conozcan en este momento, dentro de la entidad veracruzana, es sin duda, el Comisionado del Instituto de la Policía Auxiliar y Protección Patrimonial para el Estado de Veracruz, Licenciado Héctor Manuel Riveros Hernández.
Este funcionario se ha dedicado a realizar su trabajo, ajeno a las cuestiones políticas y entendiendo que su misión es cumplir cabalmente con su responsabilidad ante la sociedad y ante quien lo llevó a este lugar para garantizar la seguridad de mucha gente que le ha confiado el cuidado de su patrimonio, pues como se sabe, el Instituto de la Policía Auxiliar, a su cargo, es un ente de seguridad privada, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública, del Estado, pero independiente en su administración.
Muy a pesar de los constante triunfos en materia de seguridad, que ha tenido el organismo a su cargo, Riveros Hernández, sigue manteniendo una postura discreta y preocupándose, más que nada, por lograr los resultados que el mismo gobernador de la entidad, le ha solicitado.
Su trabajo, como se tiene entendido, no es fácil, pero ha superado los obstáculos y ha ganado terreno en el cumplimiento de su compromiso, de su misión y sobre todo, de su responsabilidad.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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