La Casita Blanca es un ícono de la corrupción que quedó grabado en el Gobierno de Enrique Peña Nieto. A su vez, este ícono da paso a otro, que es el de la Impunidad. Han pasado casi cerca de seis años desde que Angélica Rivera mostró sus dotes de actriz al subir un video donde, palabras más, palabras menos, decía a los mexicanos que la Casita Blanca era fruto de sus años de esfuerzo y trabajo lo que, por supuesto, en aquel 2014, nadie le creyó pero no por ello, tampoco se pudo negar el histrionismo de la entonces Primera Dama.
Bien puede ser La Casita Blanca la punta de una madeja de los íconos que representa: Corrupción e Impunidad, que hoy se trae al presente por el caso de Emilio Lozoya Austin y el mundo de “trácalas” que envuelven a este ex funcionario peñista por el caso de Odebrecht donde han sido llamados a declarar presidentes y expresidentes de Brasil, Perú, Panamá, El Salvador, pero de México, curiosamente, no… o Peña Nieto es una blanca paloma o resultó más cabrón que bonito… pero, imagine el lector, si la percepción que se tiene sobre Peña Nieto, en el sentido de corrupción, fuera motivo para actuar con la misma enjundia que se le aplica a Lozoya, ¿no sería un levantón a la imagen del Presidente López que pareciera tener un pacto no sólo con Peña Nieto, sino hasta con el Chapo Guzmán o su hijo… o ambos…?
Si hay algo que dé satisfacción a un ciudadano, es que su autoridad actúe contra el antecesor manchado por el velo de la corrupción y el ejemplo más reciente lo tuvimos con la promesa de campaña de Miguel Ángel Yunes Linares que llevó a la detención de Javier Duarte de Ochoa… claro… se puede decir que fue la PGR quien lo entambó pero quien inició toda una serie de señalamientos, acusaciones y diligencias, fue el choleño, quien creyó que tal acto de justicia permearía a su hijo Yunes Márquez… es posible, pero el efecto Peje fue mayor.
Hubo otro caso donde un Presidente actuó contra su antecesor que era del mismo partido, tanto en la campaña como en el poder… bueno, siendo claros, me refiero a un Presidente Municipal… ¿se acuerdan del caso de Juan Ramón Gánem? Claro, los tuxpeños me van a decir que antes de este político, hubo otros dos casos por turbios manejos de los dineros del pueblo: Jaime Zapata Vázquez (1985-988) y Alfredo Huerta León (1998-2000). El caso de Juan Ramón Gánem Vargas, detenido un 31 de agosto de 2011, fue la firma de Alberto Silva Ramos a un compromiso de campaña.
Es curioso, pero sin que sea una promesa de campaña, el Cisne, Silva Ramos, subió a su facebook el siguiente texto:
“A la pregunta clara de si me importa una alianza con los Mancha, mi respuesta es: No me interesa ninguna alianza con ustedes ni contigo ni con tu familia cercana o lejana. Me interesa una investigación para ti y tus hermanos y parentela; me interesa que veas la cárcel por dentro y por fuera; me interesa que tú, tus aliados, y socios la paguen. Conmigo no hay ni habrá alianzas. Ya que te dejen de engañar. Las alianzas por dinero hazlas con los que siempre han traicionado a su gente, con ésos que ganan y luego los compras. Conmigo no… ¡Conmigo te chingas! ¡Prepárate! ¡Servido!”
El mensaje es claro y directo al alcalde Toño Aguilar Mancha después de que el Orfis arrojara que hay observaciones que presumen un daño patrimonial a la Hacienda Pública Municipal por 13 millones 56 mil 425 pesos con 38 centavos.
¡Vamos! Hagan sus apuestas… quién creen que actúe primero contra su antecesor: ¿AMLO-Peña o El Cisne-Mancha? Y da ventaja Silva Ramos, de aquí al 2021…
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