La declaración de Emergencia Sanitaria decretada por el Gobierno federal sin lugar a dudas puede ser aplaudida por el empleado de grandes, medianos, pequeños y micro empresarios… sí, de manera total, se protege a la clase trabajadora pero de cierto modo, afectando a esa iniciativa privada que difícilmente saca no sólo para la nómina de sus trabajadores, sino para insumos, renta, luz, agua, etcétera… y quizás un Ahued, un Chedraui, un Soriana, un Elektra, un Walmart, en un momento dado, puedan desembolsar dos quincenas para sus empleados… ¿pero los otros? Han de disculpar, pero creo que el Gobierno federal simplemente aplica de manera total, una “Anti-Coronavirus” y con un “Decretazo”, ¡se lava las manos! dejando al empresario en esta pandemia, gran parte del peso económico del país…
En las redes estuvo circulando un video donde se intercala la petición del (sub)Secretario de Salud, Hugo López Gatell a los empresarios para que sus trabajadores se retiren a sus casas sin que sean despedidos y se les pague sus salarios; y la petición de la empresaria veracruzana Sabrina Zárate Sáenz, a AMLO, Hacienda y SAT para que suspendan el pago del ISR en esta contingencia para que las empresas puedan prorrogarlo o haya exención sin que “Lolita” les haga manita de puerco.
De manera muy fina, Sabrina le dice en video a la Federación que la generosidad por un mes puede ser bipartita, tanto de Gobierno para los empresarios, como de empresarios para empleados… pero al menos hasta este martes, todo indica que el Gobierno quiere que los empresarios pongan todo, pero él, ¡nada! Aunque eso sí, saludando con sombrero ajeno.
La esperanza de los empresarios para con el Gobierno era con este tipo de estímulos fiscales (la suspensión por un mes del ISR… es decir, a ojo de buen cubero, unos cinco mil pesos mensuales por empleado con salario mínimo y prestaciones), aguantar el mes, pero la declaración que este lunes hiciera el Gobierno, con una sola palabrita, fue un mensaje claro de “¡Háganle como puedan!, no los voy a ayudar!”
Me explico: Para el empresario, dejando a un lado el asunto de salud y enfocándose en el económico dentro de lo que establece la Ley General del Trabajo, no es lo mismo Contingencia Sanitaria que Emergencia Sanitaria.
Si se hubiera declarado Contingencia Sanitaria, se hablaría igual de una suspensión de labores pero aplicando lo que el artículo 429 dice en las normas siguientes:
- Si se trata de la fracción VII del 427, “el patrón no requerirá aprobación o autorización del Tribunal y estará obligado a pagar a sus trabajadores una indemnización equivalente a un día de salario mínimo general vigente, por cada día que dure la suspensión, sin que pueda exceder de un mes…” algo así como 3 mil 690 pesos.
¡Por supuesto! Ante la ausencia de estímulos fiscales, para cualquier empresario esto hubiera sido lo ideal, pero no… al declararse “Emergencia Sanitaria”, encuadra en el Artículo 427 Fracción I al inicio, al principio: “La fuerza mayor” que produzca como consecuencia necesaria, inmediata y directa, la suspensión de los trabajos…
¿Qué obliga a esto? A que las empresas acudan ante las Juntas de Conciliación para autorizar la suspensión y fijar la indemnización a pagar a los trabajadores, sin que pueda exceder del importe de un mes de salario. ¿Ya se imagina el caos en las Juntas?¿El engorro burocrático? eso sin tomar en cuenta la amenaza velada del coordinador de trabajos de mitigación, Marcelo Ebrard, de sanción a quien trate de pagar el salario mínimo en este periodo de suspensión que va desde el 30 de marzo al 30 de abril… es decir, las autoridades federales vieron el posible escenario económico-empresarial si hubieran cambiado “Emergencia” por “Contingencia”.
Así las cosas, es posible que grandes empresas como Chedraui, Soriana, Elektra, Ahued, puedan apechugar un mes el salario de sus trabajadores… ¿pero las medianas, las pequeñas y micro empresas?
Ahora… ¿qué va a pasar si el primero de mayo las condiciones no mejoran? ¿Se declarará una Contingencia Sanitaria y entonces sí aplicará el VII del 427 y se indemnizará al empleado?
Sí, es seguro que muchos empleados vean con agrado la determinación de que el patrón les pague un mes sin trabajar, pero hay algunas cosas que me quedan claras con esta declaración de Emergencia Sanitaria:
1.- El gobierno federal prácticamente se lava las manos con un alto porcentaje de empleados diciendo: “El patrón está obligado a pagarles por Decreto”…
2.- El gobierno federal pareciera que odia al empresario (en especial al mediano, pequeño y micro)…
3.- El gobierno federal de todos modos seguirá recibiendo contribuciones del empresario… El SAT no está en cuarentena.
4.- Tarde que temprano el empresario (sea grande, mediano, chico o micro) se la ha de cobrar al gobierno federal… al tiempo.
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