Todavía lo que nos falta por ver lo que resta del año y los primeros cinco meses de 2021, porque los ánimos de los políticos se comenzarán a calentar y a tirar con todo lo que puedan, como sucedió entre los diputados, federal y estatal, Héctor Yunes Landa y Juan Javier Gómez Cazarín.
Tal vez los dos salgan perdiendo, pero defienden sus ideales y, por qué no, también su intereses personales.
Que los dos salgan perdiendo en un eufemismo, porque solo se exhiben ante la opinión pública y a partir de ahí, se extiende la corriente de opinión de esos dos personajes de la política entre los ciudadanos.
Vamos por partes:
El sábado pasado, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez decidió como pasa tiempo, como terapia o como descanso, salir con un grupo de colaboradores a cortar el pasto de un jardín de Xalapa, lo que provocó que le llegaran opiniones a favor y en contra en las redes sociales.
Bueno, era sábado y en sus ratos libres, que también debe tener, quiso dar el ejemplo de su forma de trabajar y limpiar esa zona de El Olmo, como lo podría hacer usted o cualquier otra persona, pero Cuitláhuac también pudo montar una bicicleta, recorrer un parque o nadar en una alberca, en fin, pero lo que hubiera hecho tal vez, también hubiera sido criticado.
El diputado Héctor Yunes Landa no se demoró en reaccionar y lanzó un video de un minuto, para decir que eso no está en las atribuciones del gobernador (chapear), que no era posible que hiciera esas actividades limitando los ingresos de un jardinero, que podría ganar 200 pesos por ese trabajo.
La perorata fue muy mal enfocada, sin contenido y sin un argumento sólido, como para hacer esa acusación.
La aparición de Héctor Yunes y la de su sobrino Miguel Ángel, no es una casualidad, porque en política no hay casualidades, tiene el trasfondo de comenzar a hacer sus apariciones con o sin razón, para figurar en el elenco de los actores de la contienda de 2021.
Después habló Gómez Cazarín diciendo que el gobernador no se da lujos o viaja al extranjero, como lo hicieron otros gobernantes. Entonces, Héctor volvió a arremeter contra el diputado local para decir de entrada, que no suele debatir con el chiquillaje y así se le fue encima señalando algunos pecadillos del legislador local.
Hablar de Gómez Cazarín lo vamos a dejar para otra entrega, como dicen los clásicos del periodismo, porque también tiene lo suyo el legislador sureño. Más claro ni el agua.