Agonizando 2020, sin culpa alguna pero señalado como responsable de una pandemia que puso de rodillas a la humanidad entera.
Terminando este fatídico año, lanzando la esperanza de que 2021 será mejor, sin sobresaltos y sin peligros.
En el año que se va quedó demostrado que la humanidad es una sola, que sufre por los mismos dolores y que puede morir en igualdad de circunstancia que cualquier otro ser.
La pandemia de Covid 19 atacó parejo a blancos y negros, mujeres y hombres, ricos y pobres. El racismo y las diferencias inventadas nada tuvieron que ver para que el coronavirus SarsCov2 penetrara los cuerpos y los enfermaran hasta la muerte.
Si esa enseñanza no cala en la conciencia humana, repetiremos la historia hasta que la aprendamos.
En esta temporada de melancolía y esperanzas, debemos sumarle la tristeza, nuestras celebraciones no serán como antes de Covid, quien no lo entienda pondrá en peligro a quienes le rodean.
Aún son tiempos de golpes duros contra los humanos, cerramos la primera veintena del Siglo XXI sufriendo la congoja de una enfermedad inesperada, sin saber cómo combatirla y a la espera de que no nos toque.
Pero a finales de 2020 sabemos cómo enfrentarla, sin buscarla, el invisible enemigo puede estar en cualquier parte, pero ya contamos con elementos para evitar que se acerque y, si se acerca, también es posible expulsarlo pero con angustia, sufrimiento y una muerte posible.
El final de este año no es garantía del final de la pandemia, parece un ente dirigido, controlado, que cuenta con sus departamentos de relaciones públicas, avisa de rebrotes, castiga silenciosamente con incertidumbre y angustia, mientras se nos prepara para una realidad diferente a las que ya nos habíamos acostumbrado.
Y a pesar de todo esto, la esperanza es lo único que nos permite sonreír abiertamente, por eso festejaremos con todo nuestro ruido posible, porque ya estamos hartos de silencio.
Nadie ha dicho que la música nos afecte, nadie ha relacionado el baile con la pandemia.
Pero nos han amenazado con dejar de abrazarnos, de tocarnos, de besarnos.
Bailemos y cantemos para despedir este 2020 que nos trajo estresados durante todo su transcurso y que seamos felices todos en el 2021.