La guerra para desbaratar lo que queda de Morena es real, porque no hay otra forma de explicar cómo es posible que, en medio de la bronca en que los metió el Tribunal Electoral, todavía continúen con las pugnas internas, intentando descarrilar a los morenistas que aspiran al cargo de elección popular.
Recientemente se publicó un artículo en el que se desmenuza con “precisión” los cambios por venir en el Congreso del Estado. En ese texto se explica que el actual presidente de la JUCOPO, Juan Javier Gómez Cazarín, sería removido debido a los errores (que son muchos) que ha cometido a lo largo de su “gestión”.
Habla de los enroques que haría el gobernador Cuitláhuac Jiménez García, en el entendido de que la pugna entre el mandatario y la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, había terminado.
Entonces lo que seguiría es el “descongelamiento” del diputado Amado Cruz Malpica quien se haría cargo de la Junta de Coordinación Política para enderezar al Congreso.
Pero eso sólo es, hasta ahora, una buena intención. Por lo menos queda de manifiesto que: 1.- Se reconoce que Gómez Cazarín ha regado el tepache desde su imposición como coordinador. 2.- Se reconoce que el único diputado que podrían enderezar al Congreso es Amado Cruz Malpica. 3.- También se reconoce que hay una pugna entre Rocío Nahle y el Gobernador.
Pero, como es sabido de muchos, Cruz Malpica ha sido multimencionado para ser el abanderado de Morena para ser candidato por la presidencia municipal de Coatzacoalcos, sus credenciales son muchas y pesadas; además son muchos los suspirantes al sacrificio por el pueblo porteño.
Así que una mente maquiavélica saca a relucir las intenciones de sacar a Amado Cruz de la carrera por esa candidatura, si los cambios en el Congreso local son verdaderos, Cruz Malpica estaría sólo un año al frente de la Jucopo, mientras el proceso electoral se lleva a cabo.
Aquellos que le apuestan a quedarse con el partido creado por Andrés Manuel López Obrador, para usarlo como usaron al PRD y como son utilizados los partidos que integran la chiquillada, pueden darse un fuerte golpe en la nariz, porque la militancia se siente burlada ante la desmedida ambición de los dueños de las tribus que hoy mantienen dividido a Morena y ya saben que es mejor seguir a un personaje que a un partido, tal como ocurrió con el actual presidente de México.