En estos momentos ya es bien sabido el desplome de la popularidad de López y eso se debe a que literalmente se le está yendo el país de las manos el país y es que su administración está resultando tan mala que ya hasta muchos de los que antes lo apoyaban han dejado de hacerlo o al menos ya callan ante la apabullante realidad de que el presidente no ha resultado ni siquiera una ínfima parte de lo bueno que esperaban.
Y es que como ya se ha dicho reiteradamente en este espacio, hay temas que son muy sensibles para la sociedad y el gobierno de López simplemente los ignora o hace mofa de ellos mas la sociedad se empieza a dar cuenta de que los gobernantes que eligieron con tanto entusiasmo en 2018 no están a la altura de los problemas y preocupaciones que aquejan a México.
Sino que por el contrario, esos problemas no les importan en absoluto y viven en una burbuja en la que la única preocupación que tienen es seguir desmantelando las instituciones del país y sometiendo a la oposición política por medio de la persecución y el uso y abuso del poder y así vemos que mientras la nación clama con una fuerza como pocas veces se ha visto por un freno a la inseguridad en general y un alto a la violencia en contra de la mujer en cualquiera de sus formas; el gobierno de López y sus réplicas a nivel local hacen oídos sordos a esos clamores y siguen enfrascados en llenar organismos autónomos con personas incondicionales y que desconocen sus funciones, así como en cancelar políticas públicas que daban resultados o en perseguir penalmente a objetivos que por una o por otra razón les deben algo, es decir llevar a cabo venganzas políticas.
Entonces, lo que estamos viendo es un divorcio muy claro entre el gobierno y la sociedad, cosa que no se había visto desde hace muchísimo tiempo en nuestro país y quizá esto se deba a que en las pasadas elecciones generales se entregó demasiado poder a una sola opción política, la cual para complicar las cosas no se encontraba preparada para gobernar y sí llena de odio y rencor hacia quienes gobernaron antes y entonces sucedió lo que estamos viendo, que solo se dedican a buscar perpetuarse en el poder destruyendo lo que hay y sometiendo a sus opositores políticos.
Mas al hacer eso pasan por alto lo obvio, que el objetivo de gobernar no es apoderarse de todo e imponer una sola manera de ver las cosas, sino que el objetivo de gobernar es buscar lo mejor para los gobernados y eso se hace principalmente de tres maneras, las cuales son dar seguridad a toda la gente que está en el país, brindar educación de calidad y también proporcionar un adecuado acceso a los servicios de salud.
Tres cosas que como vemos, simplemente no se están dando ni siquiera en las más elementales condiciones y lo peor es que ni siquiera se ve la más mínima intención de querer hacerlo y así vemos que los secuestros, las desapariciones y los asesinatos siguen acumulándose y el gobierno no hace absolutamente nada por contener esa inseguridad, es más ya ni siquiera se sabe de algún decomiso de droga importante o de la captura de un capo y de los feminicidios y demás abusos contra las mujeres ya mejor ni hablamos debido a que el mismo presidente dijo que se le había olvidado la fecha del paro y eso hace innecesario cualquier comentario al respecto.
Así también la educación vuelve a los caciquismos sindicales y la salud está por los suelos, ya que no solo se desaparecen programas que funcionaban como el Seguro Popular, sino que ahora empiezan a salir a la luz casos de que, por no gastar el dinero público, se compran fármacos que no solo no cumplen con los estándares de calidad, sino que se encuentran contaminados y que ya están causando muertes de pacientes a los que se les suministra.
Para concluir con esto, queridos lectores voy a ilustrar con un caso veracruzano que retrata de cuerpo entero ese divorcio que hay entre la sociedad y el gobierno y ese caso es el de la Fiscalía del Estado, órgano legalmente autónomo que como recordarán el Gobierno del Estado estaba obsesionado por apoderarse de ella, lo cual logró por medios fuera de la ley y una vez que tuvieron el control de la misma, la desmantelaron y solo la usan para sus persecuciones políticas, olvidándose por completo de investigar y perseguir los delitos comunes que aquejan a uno de los estados más inseguros del país y muestra de ello es que para perseguir y desaforar a quienes no quieren o les estorban arman carpetas de investigación a velocidad récord mientras que la justicia no se procura a la ciudadanía común y la muestra de ello es que unidades como la de Investigaciones Ministeriales, la que investiga casos políticos sonados rebozan de funcionarios públicos, la Unidad Integral de Procuración de Justicia, la que recibe e investiga denuncias de personas comunes y corrientes, se encuentra hoy por hoy sin personal, ya que de veintitantos fiscales solo hay tres e incluso es tan grande el vacío que un piso completo de dicha unidad está vacío; siendo el resultado a que a un diputado o Ayuntamiento incómodo rápidamente lo persiguen pero Veracruz sigue siendo un estado altamente inseguro y a ninguna autoridad le preocupa eso.
Por ello no es extraña la caída en las encuestas de popularidad de la figura del presidente, ya que en los hechos estamos viendo un verdadero divorcio entre el gobierno y la sociedad.