
Ciudad de México., 13 Ago-22 (Agencia).- Cuando Carl Sagan murió, en diciembre de 1996, lo hizo convencido de que no volvería a ver a sus familiares ni a sus seres queridos. Sin embargo, su certeza de que no hay nada más allá de la muerte no significaba que tuviera una visión nihilista de la existencia. Por el contrario: el astrofísico y divulgador de la ciencia vivió fascinado por la posibilidad de hacer contacto con civilizaciones extraterrestres y el trabajo de grandes matemáticos como Eratóstenes, quien midió la circunferencia de la Tierra y demostró que, efectivamente, nuestro planeta es redondo.
Cada una de tus células fue creada en los corazones de las estrellas
Carl Sagan también le explicó a su hija, Sasha Sagan, por qué no podían ver a sus abuelos paternos. “Porque murieron”, le dijo. Y aunque no había nada que él deseara más que volver a ver a sus padres, no podía caer en el autoengaño de pensar que podría verlos cuando muriera. Y más allá de ser una idea desoladora, se enfocó en el milagro de estar vivos aquí y ahora:
“Tú estás viva en este segundo. Eso es algo increíble”, le dijo. “Si tenemos en cuenta el número casi infinito de posibilidades y caminos que conducen a nacer a una sola persona, debes estar agradecida de ser tú misma este preciso instante”.
“Estás conectada con todas las generaciones y los seres vivos de este mundo a través del ADN. También con el universo, porque cada célula de tu cuerpo fue creada en los corazones de las estrellas”.
Somos como mariposas
“Somos como mariposas que vuelan durante un día, pensando que lo harán por siempre”, dijo Carl Sagan. Una vez más, esta frase aborda la creencia de los seres humanos en una vida eterna y la existencia más allá de la muerte cuando, no obstante, nuestra existencia es como un suspiro en la vasta historia del universo. Nuestras alas dejarán de volar un día y no habrá nada más allá, pero eso no quiere decir que el hecho de volar durante un solo día sea poca cosa: todos los seres vivos tenemos la fortuna de existir en este momento y compartimos un tiempo muy breve en este mundo.
Si estamos solos en el Universo, seguro sería una terrible pérdida de espacio
Como ya mencionamos, a Carl Sagan le entusiasmaba la idea de descubrir a otras civilizaciones dentro o fuera de nuestro sistema solar y hacer contacto con ellas. Mientras que a Stephen Hawking le horrorizaba la idea de contactar a seres alienígenas, Sagan creía que el universo es demasiado grande e increíble como para que los seres humanos seamos la única vida “inteligente” que habita en él. Ciertamente, un lugar tan maravilloso sería un desperdicio de espacio si no existe nadie más con quién compartirlo.